Un 2010 diferente, con la esperanza de cambiar y de volar. Con la esperanza de adentrarnos en la filosofía de celebrar un San Juan entre naranjos o bien como estos pequeños pájaros, entre una esparraguera que, a lo mejor, no volveré a ver más.
Lo importante no es hacer las cosas, es tomar la decisión para poder llegar a conseguirlas.
Una noche de San Juan con buen vino, con buen pan y sobretodo con buena compañía, con unos magníficos anfitriones que supieron transmitir y trasladar la brisa más allá del mar.