Y por fin tuvimos mesa. Después de muchos intentos queríamos comer y saborear los deliciosos pollos que acompañaron nuestra infancia y juventud en este Benicassim.
Desde 1977 en Ferrandis Salvador, está este singular negocio: una Tasca Playera al estilo de los años 70 con manteles de papel, sangría, el mismo griterío, chanclas y todo aquello que rompía con los formalismos de los restaurantes y bares de Benicassim.
Pollo, ensalada, fritos, sangría y cerveza acompañaron una juventud con espíritus diversos y vidas que irían separándose, olvidándose unos de otros.
Las colas para comprar los pollos, los helados, el aire que siempre corre en su terraza.
Hoy es distinto, casi 50 años después las conversaciones giran en torno a nuestro estado de salud, estamos jóvenes y fuertes, pero achacosos nos resistimos que los años pasen en nuestras vidas, hacemos planes de futuro, nos creemos jóvenes. El mar es el mismo y su color nos recuerda al final del verano y estamos en el final de la Tasca del Pollo, que cerrará un 11 de septiembre y no volverá abrir sus puertas.
Marchamos, miro hacia derecha e izquierda… cuántos recuerdos, cuántos años sin pensar que uno sería el último.
Me siento al borde de un camino, hablo con una vieja amiga de mi hermana, le enseño una foto de su nieta, me dice que es igual.
No suenan la guitarra, ni las baladas de protesta, hoy el inconformismo está en internet, en los whatsapps, en telegram, los canales oficiales no existen, cada uno tiene su verdad y todos tenemos nuestra mentira.
Benicàssim 2022